Día 52

Querido lector, ¡hoy he recibido grandes noticias! ¡La cantidad de células malignas descocadas que ocupan gran cantidad del espacio disponible en mi sangre se ha reducido más de la mitad ¡Y solo en durante el primer mes de tratamiento! Mi médico, que suele ser muy reservado y prudente, no podía ocultar su satisfacción y quién sabe si incluso algo de sorpresa. 

Y todo es más confuso de lo que puedas llegar a pensar.

Por un lado, me esfuerzo por asimilar todo lo que me está pasando; recuerda que fue a mediados de Enero cuando me dejaron caer semejante diagnostico bomba, y salido de la nada. De locos.

Cada día trato de aceptar y digerir con fuerza, fe y esperanza que los meses venideros serán duros. Me preparo poco a poco para el resto de mi vida conviviendo con una enfermedad crónica de la que no podré escapar. Con sus revisiones y demás idas y venidas. Ahora mismo no me permito pensar demasiado en el futuro pero ahí está todo eso.

Por otro lado, días como hoy, noticias como ésta, hacen volar la imaginación y créeme que es difícil contenerla. Es importante celebrar las pequeñas victorias y, como decía Pippin: —disfrutar del campo conquistado y gozar de las mieles de la justa victoria. Porque el cerdo curado está especialmente delicioso... pero más importante es mantener la cabeza fría para seguir enfrentando lo que está por venir.

Te lo explico: La mente es una cosa bastante caprichosa y tiende a racionalizar y a reordenar en escalas de estrés de más a menos importante. Es un proceso de adaptación y supervivencia. Si no fuera así nos volveríamos locos. Cuando la preocupación es morirse, nada más importa, quizá únicamente queda por encima el pasar todo el tiempo que se pueda con los seres queridos. Cuando la idea de morir se va desvaneciendo, esa preocupación inicial va siendo sustituida con todo lo referente a la "curación". Quedan todavía como secundarias el resto de incomodidades, síntomas, malestares, intranquilidad, nerviosismos y demás ansiedades, fobias y miedos que siguen aún en un segundo plano. El cerebro aparta todo eso para centrarse en lo más importante: curarse. Toda la energía y concentración está ahí.

¿Que ocurre si el cerebro se relaja respecto al proceso "curación" y de alguna manera le hace un "doble check"? Pues que el resto de procesos toman posiciones y llaman a la puerta. O directamente asaltan la rutina diaria sin avisar, ¡qué cojones! 

Es el miedo, en realidad, que toma cualquiera de esas formas que te digo y súbitamente toma el control. 

Es un hilo muy fino que se tensa a veces y que tiene su función para mantenerme alerta y consciente del mundo que me rodea, pero es importante no dejar que se temple demasiado y se rompa. 

Al menos en mi caso parece funcionar así: mi cerebro elige la preocupación que más asegura mi supervivencia y le asigna máxima prioridad y recursos. Según va desapareciendo, sea por lo que sea, incluso por propia aceptación psicológica, va dando prioridad a otros miedos y preocupaciones secundarios. Es con estos con los que tengo que tener extremo cuidado. Son estos los que me desvían del foco principal, el motivo de todo esto, lo que me mantiene despierto y centrado. El proceso "curación".

(De ahí las publicaciones y la portada del disco de piano, todo lleva una C, por si no habías caído). 

¿Como disfrutar del delicioso cerdo curado, de una buenísima noticia como la de hoy sin echar las campanas al vuelo, pasar pagina sin darme cuenta que es lo que me pide cada fibrilla de mi alocado y diminuto cerebrillo de animal, y a su vez seguir manteniéndome centrado en mi objetivo, que va mucho más allá de todo esto?

Pues lo estoy averiguando, sigue conmigo y lo descubriremos juntos, seguro. Hoy te mando un abrazo.

PD: He añadido temazos a la lista de Spoty que tienes en un enlace por ahí arriba.